Receta: Pasta con Nata a la Japonesa

Restaurante Japonés Nagoya: foto pasta with miso¿Te gusta la pasta con nata? Conozco a mucha gente que sí, pero a veces dicen que es demasiado pesado, especialmente por la noche. No hay problema – simplemente prepara la salsa de pasta con leche de soja y miso blanco!

Ingredientes (2 personas)

  • ¡Cualquier combinación de verduras que te apetezcan! (Por ejemplo, guisantes y espárragos; o setas, calabacín y pimientos; etc.); también se puede utilizar sobras de carne o marisco
  • 1 diente de ajo, finamente picado
  • 1 cebolla finamente picada
  • 300cc de leche de soja
  • 2 cucharadas de miso blanco
  • Cualquier pasta que te gusta

Preparación

  1. Colocar el aceite de oliva, los ajos picados y la cebolla picada en la sartén y calentarlos.
  2. Colocar todas las verduras en la sartén y cocinar durante unos pocos minutos.
  3. Mezclar bien la leche de soja y miso blanco.
  4. Vertir la mezcla de leche de soja en la sartén y cocinar todo junto durante unos pocos minutos.
  5. Cocer la pasta en agua salada (hasta que esté casi «al dente») y a continuación añadirla a la sartén y cocinar todo junto durante 1-2 minutos más.
    ¡Disfrutar!

Así tendrás un plato de pasta con toque japonés – muy fácil y muy rápido.

Foto de avlxyz

A los Japoneses les Gustan los Huevos – y si Están Crudos Mejor

El japonés medio consume alrededor de 320 huevos (tamago) cada año, según la Comisión Internacional del Huevo, una de las cifras más altas del mundo. Los huevos se disfrutan en muchos platos dulces y salados, como el plato de desayuno llamado tamagokake-gohan, un huevo crudo mezclado con arroz al vapor caliente y aderezado con un chorrito de salsa de soja. Otros platos de huevos populares incluyen om-rice, una tortilla rellena de arroz; pudding (o purin), la versión japonesa del flan de caramelo; y chawanmushi, un flan de huevo al vapor (salado).

Restaurante Japonés Nagoya: Huevo Crudo

He leído que los pollos domésticos fueron introducidos a Japón desde China a través de Corea hace alrededor de 2.500 años, pero los huevos se utilizaban con fines medicinales y como ofrendas sagradas y no como alimento. El consumo de huevos era prohibido periódicamente desde el siglo XIV, prohibición que por lo general se incluía en varios edictos, motivados por el budismo, contra el consumo de animales (aunque, curiosamente, se podían comer pollos). Sólo se convirtió en aceptable comer huevos en el Período Edo (1603-1867), aunque fuera como un artículo de lujo. Incluso en el siglo XX, el japonés medio sólo comía unos 40 huevos por año.

No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que realmente despegó el consumo de huevos. Los alimentos ricos en proteínas y calcio se consideraban fundamentales para mejorar la salud dañada de la población japonesa, y el gobierno y los medios de comunicación se esforzaron por aumentar el consumo de huevos, productos lácteos y carne. Ya para la década de los 60, los huevos eran un elemento básico de los hogares. Una de las frases que definieron la década de los 60 y 70 fue «Kyojin, Taiho, tamagoyaki,» las tres cosas más queridas por los niños – el equipo de béisbol los Gigantes (Kyojin) de Yomiuri, un gran campeón popular de sumo, y la tortilla dulce-salada que ahora es un elemento básico de los almuerzos en cajas Bento.

Los huevos que se venden en Japón tienen una «fecha de consumo preferente» estampada en su caja. Esta fecha indica el último día en que los huevos pueden ser consumidos con seguridad crudos o poco cocidos – un factor importante, ya que tantos huevos se comen así. De acuerdo con la Asociación Japonesa de Productores de Huevos, los huevos sin daños que se han almacenado correctamente se pueden comer crudos con seguridad hasta 16 días desde su puesta en verano, y hasta 57 días en invierno. Más allá de esto se deben cocinar completamente.

Además del tamagokake-gohan, los huevos crudos se utilizan como una salsa para el sukiyaki, se colocan encima del arroz al curry, se mezclan con natto (soja fermentada) para hacer un plato de acompañamiento muy viscoso pero delicioso, y para muchas más cosas. También existen los tamago onsen, huevos que se cocinan en sus cáscaras a alrededor de 67 grados para que la yema se cuaje blandamente mientras el blanco sigue estando suelto. Los Tamago Onsen antes sólo se encontraban en las fuentes de aguas termales (onsen), donde eran cocinados colgándolos en cestas dentro del agua del manantial caliente, pero hoy en día se pueden comprar en cualquier supermercado.

Receta Japonesa: Mirin-boshi

Como te prometí en mi último artículo, hoy te presento una receta bastante fácil – y sabrosa – con mirin.

Mirin-boshi – pescado marinado con mirin y salsa de soja y secado durante un par de días – es una gran manera de disfrutar del sabor dulce y complejo de mirin. Esta receta usa jurel (ají), pero se puede usar palometa (kisu) y peces pequeños similares. El mirin-boshi que se puede encontrar en supermercados asiáticos a menudo contiene azúcar y otros condimentos, que se han omitido en esta versión.

Receta Japonesa: Jureles

Para 4 personas

Ingredientes

  • 4 jureles (aji) pequeños/medianos
  • 3 cucharadas de hon-mirin
  • 1.5 cucharadas de salsa de soja oscura (una proporción de 2:1 de mirin a salsa de soja)
  • 1 cucharadita de jengibre rallado
  • sal
  • semillas de sésamo
  • brochetas de metal

Preparación

  1. Cortar las cabezas de los peces y prepararlos con un corte en el costado del estómago, para abrirlos y quitar los intestinos. Quitar al mismo tiempo la espina central y las «costillas» de los peces. Los peces al final se quedarán abiertos y casi sin espainas. Si prefieres, puedes pedir a tu pescadero que te lo haga al comprarlos. Enjuagar y secar muy bien con toallas de papel.
  2. Espolvorear el pescado con sal por ambos lados y dejar actuar durante 15-30 minutos. Secar toda la humedad que sale de los peces. Combinar el mirin, salsa de soja y jengibre y dejar marinar el pescado en la mezcla durante 15 minutos.
  3. Pinchar longitudinalmente cada pescado con dos brochetas de metal y espolvorear semillas de sésamo en ambos lados. Dejarlos en un lugar bien ventilado durante 2 a 3 días, dándoles la vuelta de vez en cuando.
  4. Cocinar a la plancha o a la parrilla a fuego lento hasta que estén hechos y servir con arroz blanco.

¡Sencillo pero muy sabroso!